miércoles, 7 de mayo de 2014

Y .... dónde están las llaves ????

Enero/2008. Después de una semana de vacaciones en Mar del Plata, me espera el largo viaje de retorno en ómnibus a Mendoza. Sale 13hs, llega a las 12 hs. del día siguiente. 23 horas de viaje, que aunque sea en coche cama, se hace eterno. Subimos al bus, son las 13.15. Llega un coche patrullero y preguntan por un pasajero que estaba en la zona de butacas estandard. Es un joven de veintialgo de años. Le revisan el equipaje de mano y lo "cachean". Hacen sacar el equipaje que tenía en bodega. No le encuentran nada y lo dejan ir. Ya eran las 14 hs. Del joven, después nos enteramos que lo estaban vigilando porque era sospechoso de ser un "mula" de drogas. Al fin salimos. Poco tiempo pasó y empezó a llover. Terminé la merienda que nos ofrecieron y empecé a leer el diario. Como a las 18.30 sirvieron un refrigerio y empezó una película que ni me acuerdo de qué era. La lluvia seguía acompañando. Estaba adormilado. Pasillo por medio estaban sentados un muchacho y a su lado un hombre relativamente mayor. El más joven le comentaba a su acompañante el drama que tenía porque había extraviado la llave original de su auto y tampoco encontraba el duplicado. La agencia de autos le cobraba una barbaridad por una copia y le demoraba un montón de tiempo en hacerla. Cosas de la tecnología y de las llaves electrónicas. El hombre mayor socarronamente le dijo: - si tenés tiempo te cuento algo que me pasó por culpa de las llaves de mi auto. - Lo escucho, dijo el joven, sólo nos quedan 14 hs más de viaje.
- Ponete cómodo. Por los años 70 y pico era tan joven como vos. Estaba saliendo hacía un tiempo con una chica hermosa, delicada, muy femenina. Enamorado hasta los tuétanos. Era sábado y salíamos a bailar esa noche. Los padres le daban permiso hasta la 1.30 de la madrugada para volver. La pasé a buscar a eso de las 10 de la noche y fuimos, no recuerdo si al Salón de los Espejos en el Plaza o al Hotel San Martín, lugares de onda para tomar algo y bailar. A eso de las 11 le pedí que nos fuéramos para estar solos. Después de insistir e implorar, la llevé a un hotel alojamiento en Las Heras, bastante alejado de la ciudad para no permitir miradas indiscretas. El encargado nos dió la llave de la habitación y el auto lo estacioné frente a la puerta. Se hicieron la una y cuarto y salimos volando del cuarto. Y.. las llaves del auto.? Deben haberse caído en la habitación. Las buscamos casi desesperadamente y no estaban. Con la ayuda de la llama de un encendedor las ví colgando en el tambor de la llave del auto. En aquella época podías cerrar la puerta del lado del conductor con el "pituto" del seguro bajado antes de cerrar. Claro que si la llave te quedaba adentro, perdías. Llamé al encargado y le explique la situación. Se vino con un alambre e intento abrirla, pero fue inútil. Le pedí que llamara a un taxi pero como él dejaba su turno, se ofreció para llevarnos al centro. Nos dejó en el centro, subimos a un taxi y dejé a mi novia en la puerta de su casa como a las 2 y media de la mañana. Con el padre que tenía menudo despelote iba a tener. Le indiqué al taxista, que me había esperado, que me llevara hasta mi casa a buscar el duplicado, y volví al hotel alojamiento. El encargado no me quería dejar pasar solo. Tuve que explicarle todo el despelote que tenía y finalmente me dejó pasar, pero me dijo que como ese auto había estado tanto tiempo solo, había llamado a la policía porque le resultó sospechoso. Llegué finalmente al auto y no alcancé a poner la llave en la cerradura que dos gorilas me empujaron contra el auto y me palparon por todos lados. Me pidieron documentos y a pesar que se los mostré, me llevaron por averiguación de antecedentes. Era época de los militares. Época brava. Me metieron en una celda de 3 x 3 con otros muchachos. Recién pude salir ese domingo como al mediodía. Me devolvieron todo lo que había llevado encima junto con las llaves del auto. Otro taxi y me fuí al hotel a buscar el auto. No estaba.!!! El encargado me dijo que se lo habían llevado con la grúa de la policía. Le pedí prestado el teléfono. (No había celulares) Me dijo la seccional que había intervenido y llamé. El auto no estaba en la seccional, sino en la Playa San Agustín. (Depósito de autos secuestrados por la policía a unos 5 Km de la ciudad). Fuí hasta la Playa y el oficial a cargo me dijo que tenía que pagar el traslado del vehículo hasta la Playa y la estadía. - De acuerdo, lo pago.- le dije - Cuánto es? - No tan rápido, acá le hacemos el comprobante y lo tiene que pagar en Rentas, en Casa de Gobierno- respondió. Era domingo, o sea, hasta el lunes no podía pagarlo. Bueno, ya está. Relájate y goza, me dije. Uyyyy, qué habrá pasado con mi novia??. Cuando llegué al centro de nuevo, la llamé por teléfono. Me atendió la madre, y después de llamarme irresponsable y otras cosas más, me dió con la nena. Me trató como si yo fuera una basura. Que me había entregado todo y recién a esta hora se me ocurría llamarla. No podía creerlo.Ni me permitió que le explicara el quilombo en el que había estado... Que no la llamara más. Que ella me llamaría si me perdonaba... El Lunes a primera hora estaba en Rentas pagando lo del auto. Pagué y me fuí a San Agustín. Presenté el comprobante de pago y me acompañó el oficial hasta donde estaba estacionado el auto. Sorpresa.!!!! Le faltaba la rueda delantera derecha y al auto lo habían dejado apoyado en unos ladrillos. El oficial se arrimó y casi susurrando en mi oído me dijo que al jefe le hacía falta, y que ésto no había pasado.¿Quedó claro?. Andá a discutirle a un policía en aquella época. - Le pregunté que por qué no habían sacado la de auxilio que estaba en el baúl, y él gentilmente me explicó que tendrían que haber forzado la cerradura y seguramente la de auxilio no tenía la llanta de magnesio como la que habían sacado. Abrí el baúl, saqué el gato, intenté levantar el auto pero como era piso de pedregullo era difícil que el gato no se moviera. Finalmente puse la de auxilio y me fuí. A partir de ese momento jamás dejé de llevar las llaves originales en un llavero y las copias en otro colgado del cinturón. Pasar por eso otra vez....JAMÁS. Ah, sí, mi novia me llamó. Nos casamos. Siete años de amor y divorcio.
Ya está, es demasiado. Es hora de dormir un poco.

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