lunes, 6 de mayo de 2019

Nacemos sin saber, morimos sin querer?

No es fácil. En estos tiempos se está "discutiendo" (no discutimos, ni elaboramos, creamos grietas, es más fácil que pensar!) el derecho a nacer de los engendrados. Lástima que ellos no puedan opinar que son los interesados, porque nacemos sin quererlo, si nos dejan! O sea que no podemos elegir nosotros por nosotros mismos para nacer. ¿ Y tampoco podemos elegir como queremos morir en una forma digna?.  Sería oportuno que algún legislador promoviera  la posibilidad de establecer las pautas necesarias para legislar sobre la Eutanasia y el Suicidio Asistido. Actualmente tenemos una eutanasia "simbólica" que consiste en permitir a los pacientes negarse a recibir procedimientos, cirugías y medidas de soporte vital, cuando "sean extraordinarias o desproporcionadas en relación a las perspectivas de mejoría". Pero la agonía y el dolor continúan, así como la espera desesperada por llegar a morir para concluir con una situación límite que no tiene esperanza de ninguna naturaleza. Si ésta es la situación porqué prolongar el sufrimiento si se puede cortar de raíz,  ya sea con la asistencia y  la acción del médico que acelera su muerte, con su consentimiento o con el de su familia (Eutanasia) o con el Suicidio Asistido que en este caso, le facilitan los medios al paciente para quitarse la vida y protege a quienes le ayuden  a encontrar los métodos para realizarlo. Como alguien dijo, para morir hay que estar vivo. Si nos permitirán vivir o morir antes de nacer sin nuestro consentimiento, déjennos morir dignamente con nuestro consentimiento.